El CGCOM reitera que dificultar el ejercicio del derecho de objeción de conciencia es inapropiado e injusto

El CGCOM reitera que dificultar el ejercicio del derecho de objeción de conciencia es inapropiado e injusto

 

Esta postura de la corporación, recogida en un comunicado emitido el pasado mes de julio, incidía en que dificultar la objeción de conciencia del personal sanitario es una mala solución que resulta inaceptable e injusta y que han de ser los Servicios de Salud y Servicios Sociales los que deben de realizar bien su labor y gestión para garantizar que las mujeres que se vayan a someterse a una Interrupción Voluntaria del Embarazo cuenten con el apoyo apropiado.

Ante las recientes informaciones referidas al caso que ha tenido lugar en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid difundidas en los medios de comunicación, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) recuerda que la objeción de conciencia del personal sanitario es un derecho individual al que puede acogerse quien considere que una práctica o procedimiento va en contra de sus convicciones y creencias. La garantía de que una prestación del Sistema Nacional de Salud esté disponible y sea accesible, trasciende el ámbito individual, se articula a través de las redes sanitarias, y tiene como protagonistas a los gestores, más que a los médicos/as.

Esta postura de la corporación, recogida en un comunicado emitido el pasado mes de julio, incidía en que dificultar la objeción de conciencia del personal sanitario es una mala solución que resulta inaceptable e injusta y que han de ser los Servicios de Salud y Servicios Sociales los que deben de realizar bien su labor y gestión para garantizar que las mujeres que se vayan a someterse a una Interrupción Voluntaria del Embarazo cuenten con el apoyo apropiado.
 
Es importante recordar que, en este caso concreto, el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) decidió sobreseer el caso al no apreciarse ningún indicio de mala praxis   y haberse cumplido el protocolo clínico adecuado.
 
El CGCOM considera que “dificultar el ejercicio del derecho de objeción de conciencia por las normas o por las instrucciones reglamentarias es inapropiado, pero también es particularmente injusto. Coloca a los médicos en la diana de la contrariedad de los pacientes y de sectores de la sociedad, cuando no son los culpables y cuando son otros quienes tienen las oportunidades de solucionarlo”.