Concha Ferrer: “No podemos olvidar todo lo que hemos vivido y esperamos que todo ello, al menos, sirva para que se pongan medios y no se vuelvan a cometer los mismos errores”

Concha Ferrer: “No podemos olvidar todo lo que hemos vivido y esperamos que todo ello, al menos, sirva para que se pongan medios y no se vuelvan a cometer los mismos errores”

 

BALANCE TRES MESES DE ESTADO DE ALARMA

 

  • El Colegio de Médicos de Zaragoza hace balance de la situación sanitaria provocada por el coronavirus, tras finalizar el Estado de Alarma que ha durado tres meses y advierte de que “el coronavirus sigue estando entre nosotros, sigue siendo un riesgo y no podemos bajar la guardia”

  • La presidenta de la institución colegial recuerda que “el compromiso, responsabilidad y profesionalidad de los sanitarios han evitado que el drama de la pandemia fuera mayor”

 

El Colegio de Médicos de Zaragoza hace balance de la situación sanitaria provocada por el coronavirus, tras finalizar el Estado de Alarma que ha durado tres meses y advierte además de que “el coronavirus sigue estando entre nosotros, sigue siendo un riesgo y no podemos bajar la guardia”.  

Los acontecimientos acaecidos durante esta grave crisis, señala la institución colegial, “han puesto en evidencia las fortalezas de nuestro sistema sanitario pero también sus debilidades”. Los problemas de gestión, la escasa coordinación y comunicación, la falta de test y medios de protección para los profesionales sanitarios, la compra de material defectuoso, la realidad de la Atención Primaria o la de la residencias de mayores, son algunos de los temas que centran este balance de tres meses de pandemia.  

En primer lugar, desde el Colegio de Médicos de Zaragoza se quiere recordar a los fallecidos en esta grave crisis, a los profesionales sanitarios y, especialmente, a los médicos que han perdido la vida por la COVID19, que según el registro de la Organización Médica Colegial (OMC), ascienden a 61 facultativos. “No podemos olvidar todo lo que hemos vivido y esperamos que todo ello, al menos, sirva para que se pongan medios y no se vuelvan a cometer los mismos errores en futuras crisis”, ha recordado la presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza, Concha Ferrer.     

En la fase de confinamiento, cuando el material de protección del personal sanitario era escaso y las cifras de infectados y fallecidos no paraban de crecer, “los profesionales han dado lo mejor de sí mismos”, señala Ferrer. En los peores momentos de la pandemia, “los profesionales permanecieron unidos para doblegar al virus”, y durante el pico de la curva y en los momentos más duros de esta crisis “no han existido los horarios, los sanitarios tuvieron que fabricar sus propios equipos de protección y con un trabajo conjunto consiguieron hacerse fuertes ante la adversidad”. “No olvidamos”, subraya Ferrer, que “el compromiso, responsabilidad y profesionalidad de nuestros sanitarios ha demostrado una vez más lo valioso que es nuestro sistema sanitario y son quienes han evitado que el drama de la pandemia fuera mayor”. 

Las acciones del COMZ

Durante todo este tiempo de crisis, el Colegio de Médicos de Zaragoza ha estado al lado de los médicos, defendiendo la profesión y ha trabajado para cubrir de forma inmediata todas las necesidades que surgían a causa de la pandemia y la falta de previsión de las autoridades. En ese sentido, el Colegio ha llevado a cabo numerosas acciones, centradas en su mayoría en proteger a los profesionales. Un claro ejemplo de este compromiso constante con los colegiados fue la inversión de 60.000 euros para comprar 2000 EPIs que fueron repartidos en los centros sanitarios y residencias de la provincia de Zaragoza cuando el material de protección no terminaba de llegar. 

Además, el COMZ habilitó pocos días después de declararse el estado de alarma y gracias a la inestimable colaboración de empresas aragonesas, un servicio de alojamiento para  los sanitarios asintomáticos, que estaban en contacto directo con pacientes con coronavirus y que convivían en sus domicilios con personas de alto riesgo. Gracias a ello, más de treinta profesionales fueron alojados en estos apartamentos y pudieron proteger a sus seres queridos de esta terrible enfermedad. 

Igualmente en la etapa más álgida de la pandemia y cuando ya se implantaba la situación de desescalada, el colegio facilitó la provisión de equipos y  material de protección para que los profesionales que realizan su actividad en el ejercicio libre pudieran iniciarla.  

Conscientes de que la crisis no se puede dar por superada y de que la situación de desprotección ha afectado a un gran número de profesionales y persiste, se siguen recogiendo las incidencias de los colegiados que se han producido durante la pandemia, para así valorar la situación desde los servicios jurídicos del COMZ  y tomar las medidas oportunas en caso de que sea necesario. 

La nueva normalidad y la posibilidad de una nueva ola de covid

Ante la probabilidad de un posible rebrote, desde el COMZ se pide a las autoridades y al conjunto de la población “prudencia en esta nueva etapa”. “El coronavirus sigue estando entre nosotros y sigue siendo un riesgo y no podemos bajar la guardia”, advierte Concha Ferrer. 

Asimismo, se exige “dotar de todo el equipamiento de protección necesario para afrontar una nueva crisis de este virus, y proporcionar los instrumentos y protocolos adecuados para detectar precozmente y aislar a los afectados”.

Desde el COMZ se recuerda además que es prioritario reforzar la Atención Primaria y los centros asistenciales de mayores, dos sectores que ejercen como muro de contención frente al coronavirus. La institución colegial exige dotar a estos ámbitos asistenciales, a muy corto plazo, de nuevos recursos humanos y tecnológicos, así como de mayor coordinación, con el fin de que se pueda cumplir adecuadamente con las responsabilidades asignadas en detección, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de nuevos casos de COVID-19.

En asistencia hospitalaria ha sido necesaria una nueva reorganización de los hospitales, dotándolos de circuitos limpios de COVID-19, reservar espacios para posibles rebrotes de la pandemia e iniciar de nuevo la actividad asistencial, que quedó totalmente paralizada con la COVID-19,  a ritmos y con precauciones extremas para evitar brotes en los centros hospitalarios.

Todo esto, recuerda Ferrer, “se contempla con un personal que ha trabajado al límite, algunos con importante afectación psicológica por la sobrecarga asistencial y emocional sufrida en los últimos meses”. 

Revisión en profundidad del sistema sanitario 

A nuestro sistema sanitario le espera una recuperación lenta y para que pueda hacer frente a la situación generada por la pandemia precisa profundos cambios. Desde el COMZ se pide una política RRHH suficiente en número de profesionales  para poder llegar a una población que en Aragón está especialmente dispersa y envejecida, dos características que dificultan y aumenta los costes de una asistencia sanitaria de calidad. Es preciso además dotar a la Sanidad de sistemas informáticos conexionados y al alcance en todo el territorio.  Una mayor relación entre los equipos de atención primaria y hospitalaria, es también necesaria para poder conseguir una atención integral. 

Prudencia y responsabilidad 

La institución colegial ha querido también pedir a los ciudadanos que sean responsables y prudentes en esta nueva normalidad. Los profesionales sanitarios siguen estando al pie del cañón, atendiendo a pacientes COVID-19 y al resto de las patologías que han irrumpido con fuerza después del parón generado por la pandemia. Deben estar protegidos por las autoridades sanitarias, pero los ciudadanos, recuerda Ferrer, también nos pueden proteger con un “comportamiento ejemplar, el cumplimiento estricto de las medidas de aislamiento en casos de sospecha o con el uso racional de las consultas en los centros de salud”.  

Así, el colegio de médicos pide a la población que cumplan las medidas de control:

  • Prudencia, responsabilidad y sentido común.

  • Mantener la distancia de seguridad entre los ciudadanos.  

  • Uso de la mascarilla.

  • Extremar las medidas higiénicas y lavarse las manos con mucha frecuencia.

  • Evitar los espacios cerrados, y las concentraciones de personas.

Además todas estas medidas hay que extremarlas con la población de mayor riesgo, como son las personas mayores o aquellas que tienen algún tipo de patología.